Se trata, de uno de los piercings más visibles que pueden colocarse y aunque se sitúa muy próximo a la línea de visión, nuestro cliente nos comenta que al cabo de unos días ya no le resultaba incómodo y ya está acostumbrado a él.
Con una cicatrización prácticamente igual a la de la ceja, no necesita de cuidados especiales, como siempre recomendamos en Inferno Tattoo; lavar con agua y jabón, y desinfectar con suero fisiológico y Betadine.
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